Nudo en la garganta, nudo en el estómago, manos sudorosas, corazón acelerado, ataque de pánico; sin duda estás ante la presencia de una ataque de ansiedad. Sin embargo, nada sugiere que exista algún peligro. Pero aun asi sientes que no puedes controlarte a ti mismo. Tienes miedo y estos síntomas de estrés que a quienes los devoran son prueba de ello. ¿Pero cuál es la causa de tu ansiedad? ¿Y cómo deshacerse de él? La ansiedad es el resultado de la exposición repetida al estrés. Es una preocupación, una anticipación, sobre lo que podría suceder. Si haces click aquí podrás explorar alternativas holísticas y recreativas que pueden ayudarte a manejar la ansiedad de manera efectiva.
Hay dos formas distintas de ansiedad
Ansiedad temporal o “normal” que anuncia un peligro inmediato al que nuestro cuerpo responde luchando o huyendo según la situación. Ansiedad generalizada o “trastorno de ansiedad”, que es una forma crónica con preocupación incesante, sin ningún motivo específico. Los ataques de pánico, la agorafobia, la claustrofobia, son formas exacerbadas de ansiedad y pueden variar en intensidad y frecuencia de una persona a otra. Sus signos pueden aparecer en cualquier momento y agravar continuamente el sufrimiento psicológico ya establecido. Durante un episodio de ansiedad, como un examen, un conflicto profesional, llegar tarde a una cita, un atasco o un desacuerdo con el vecino de al lado, todo se convierte en una tragedia, ya sea por un problema real o por una nimiedad sin importancia.
¿De dónde viene este trastorno psicológico que favorece la ansiedad?
Esta puede ser hereditaria o ambiental, pero también citamos la ansiedad postraumática (accidente, atentado, muerte de un ser querido, shock psicológico). La dieta también juega un papel esencial en los trastornos de ansiedad (alimentos industriales y refinados, deficiencias de vitaminas, acumulación de toxinas, falta de magnesio, etc.) más allá de los tratamientos químicos como los ansiolíticos, que suelen recetar los médicos de cabecera, existen soluciones naturales para acabar con este trastorno psicológico y los síntomas que lo acompañan.
Técnicas antiestrés para combatir la ansiedad de forma natural
Se podría decir que no hay nada más sencillo que respirar. Porque es un mecanismo fisiológico e independiente de nuestra voluntad. ¿Pero realmente sabes respirar? Hay dos tipos de respiración: la respiración torácica y la respiración abdominal o ventral. Mientras que la respiración torácica en casos de estrés solo llena el 30% de los pulmones y provoca dificultad para respirar por falta de oxígeno, la respiración abdominal pasa por la parte inferior del cuerpo y permite una mayor amplitud de los pulmones para la respiración real. Por lo tanto, puede ayudar a calmar sus ansiedades. Además, ¡es un auténtico ejercicio de relajación! Tumbado en el suelo con las manos colocadas a lo largo del cuerpo, inhale por la nariz mientras infla el estómago. Mantenga la respiración durante unos segundos y luego exhale por la boca, vaciando completamente los pulmones y vaciando el estómago. Unos diez ciclos deberían ser suficientes para calmarte.
Camina con atención para superar el estrés y la ansiedad
¿Acaba de tener un “choque” con su supervisor? ¿Estás en vísperas de un examen y te entra el pánico? ¡Caminar! A riesgo de sorprenderte, caminar es uno de los calmantes para el estrés más beneficiosos cuando estamos desesperados y todo nos irrita. Elige un lugar tranquilo y bucólico. Camine lentamente, concentrándose en su paso y respiración. ¿Te invaden tus pensamientos negativos? No intentes evitarlos. Vuelve, en cuanto puedas, a las sensaciones que experimentas, centrando tu atención en tus zancadas, tu respiración, la hierba húmeda bajo tus pies, el canto de un pájaro, los rayos de sol escabulléndose entre los árboles. ¿Está ahí? Entonces caminas en “atención plena”. El “mindfulness” es un aspecto terapéutico que ha dado lugar a numerosos trabajos científicos. Un equipo de psicólogos de renombre (C. Bergman, C. Tarquinio y M. Ketch) estudió en 2010 el impacto del enfoque terapéutico del “mindfulness” en la salud mental de los estudiantes. Los resultados no hacen más que confirmar el interés en utilizar este método terapéutico para reducir significativamente el estrés y la ansiedad y, así, controlarlos.
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