Hay muchas razones posibles por las que cientos de personas odian con fuerza la llegada del invierno y una de ellas es la alergia al frío. Es cierto que para la mayoría de las personas la llegada del invierno es sinónimo de estar tiritando permanentemente, además de menos horas de luz o un aumento en los sentimientos de tristeza. Sin embargo, para quien sufre de alergia al frío puede significar aún más.
Generalmente una persona puede ser alérgica a cualquier cosa o sustancia. Tal como se puede tener alergia al sol también se puede tener alergia al frío. Conocida como urticaria por frío, según los especialistas, este tipo de afección sólo afecta entre el 1 y 3% de la población.
¿Cómo se da la alergia al frío?
La persona que padece de la urticaria producida por el frio tiene una piel que al mínimo contacto con el frío reacciona. En ese caso la baja temperatura activa los mastocitos y basófilos que se encuentran bajo la piel lo que produce la liberación de histamina que se traduce en urticaria.
Así la piel comienza a mostrar reacciones dolorosas en la zona que tuvo contacto con el frío, claro, si esto ocurrió en la ducha o nadando, entonces será todo el cuerpo quien presente estas reacciones. Cuando el contacto con algo frio se produce al ingerir alimentos o bebidas, puede producir que se hinchen las mucosas.
Mientras que, en los casos más graves, la persona puede sufrir una bajada de tensión e incluso perder el conocimiento y desarrollar un shock anafiláctico. La alergia puede durar alrededor de dos horas, pero mientras haya las condiciones de baja temperatura como viento y humedad puede prolongarse durante días.
¿Cómo saber si somos alérgicos al frío?
Una manera en la que los alergólogos determinan si alguien sufre de alergia al frío es aplicando la prueba del cubito de hielo. El especialista coloca un trozo de hielo en la piel, al cabo de un rato debería empezar a aparecer el enrojecimiento en la zona formándose la silueta del cubito de hielo. Mientras más rápido aparezca más intensa será la alergia.
Por supuesto que es casi imposible huir del frío. Por más que lo evitemos siempre habrá algún momento en el que nos expongamos a una zona con temperaturas bajas, sea al bañarnos, al salir a la calle o simplemente por error. De allí que los entendidos en la materia recomiendan tomar antihistamínicos y evitar el frío lo máximo posible. Sin embargo, la mejor recomendación será acudir a un especialista de salud y seguir sus recomendaciones.
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