Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la salud es el más preciado de los bienes. Se denomina un estado de completo bienestar físico, mental y social debido a que es un requisito previo para casi todas las actividades humanas.
Sin embargo, algunos adultos piensan que sólo ellos son responsables de su salud, ¡que equivocados están! Pues para que esta tenga una buena construcción y conservación es necesario cuidarla durante toda la vida.
Etapa inicial de la salud
Hoy día ya es aceptado el hecho de que el periodo fetal y la primera infancia sean cruciales para el desarrollo exitoso del adulto futuro. De hecho, numerosos estudios han manifestado el papel que tiene el entorno temprano sobre la salud inmediata pero también sobre la futura.
Por lo que la sustancias que la mujer ingiera estando embarazada, sean consumidas por elección como el alcohol o por accidente como los que quizás se encuentran en los alimentos puede tener efectos nocivos y duraderos en su bebé.
De igual manera la OMS da mucha atención al periodo de infancia, desde el desarrollo prenatal hasta los ocho años pues ejerce una gran influencia en el ser humano. Destaca la importancia de la nutrición, el sueño, pero sobre todo la actividad física.
En algunos países desarrollados la forma de vida de los niños a diferencia con la de sus padres, es cada vez más inactiva por lo que se hace imperativo luchar con la tendencia de consumir más calorías en comparación con el gasto de energía.
El papel de la alimentación y la actividad física
El aumento constante ya desde hace algunos años de sobrepeso y obesidad ya es un asunto de preocupación. Recientes encuestas en jóvenes y niños así lo han demostrado. Y si bien es cierto que los jóvenes siguen siendo el grupo de edad más activo, su nivel de actividad es insuficiente.
Datos globales de la Organización Mundial de la Salud dejan ver las fuertes disparidades que existen en esta población, pues los jóvenes no practican actividades físicas fuera de sus clases, en sus escuelas o de alguna actividad obligatoria.
Y esto ha cobrado cancha con más fuerza desde que comenzó el confinamiento por el Covid-19. Nuestros hijos han pasado demasiado tiempo frente a las pantallas, tiempo que bien pudieron dedicarlo a alguna actividad física.
La práctica deportiva durante el crecimiento aporta efectos positivos a lo largo de la vida del ser humano.
- Beneficios psicológicos: cualquier deporte en forma sistemática nos ayudan a aprender la importancia de la disciplina y el esfuerzo, alivia el estrés, mejora el sueño y la salud mental. Y hasta ayuda a combatir la depresión.
- Beneficios físicos: facilita el buen funcionamiento de los órganos, reduce el riesgo de obesidad, baja los niveles de colesterol, fortalece los huesos y los músculos y aumenta el rendimiento físico.
Hasta el día de hoy los estudios ya realizados sobre este tema reconocen y dan prueba de que un estilo de vida activo durante la niñez y la adolescencia promueve la expresión de un estilo de vida activo en los adultos. Sin dejar a un lado una buena alimentación que incluya frutas, vegetales y que sea baja en grasas y azúcares. Todo esto favorece la salud a corto, mediano y largo plazo.
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