Los lentes de contacto son una excelente alternativa a los anteojos tradicionales, ya que permiten una visión clara y nítida sin sacrificar la comodidad o la apariencia. Sin embargo, para disfrutar plenamente de sus beneficios, es fundamental tener en cuenta ciertos cuidados y precauciones.
¿Cómo mantener una visión saludable mientras usas lentes de contacto?
Consulta a un profesional de la salud visual:
Antes de comenzar a usar este tipo de lentes, es esencial programar una visita con un optometrista u oftalmólogo. Estos profesionales evaluarán tu salud ocular, te proporcionarán una receta adecuada y te enseñarán a colocar, quitar y limpiar tus lentes correctamente.
Lávate las manos:
Antes de manipular tus lentes, asegúrate de lavarte bien las manos con agua y jabón suave. Esto ayudará a prevenir la acumulación de bacterias o suciedad en tus ojos, lo que podría causar infecciones o irritaciones.
Limpieza y desinfección adecuada:
Mantener tus lentes de contacto limpios y desinfectados es fundamental para evitar complicaciones oculares. Sigue las instrucciones del fabricante y utiliza soluciones específicas para la limpieza y desinfección de tus lentes. Evita usar agua del grifo o saliva para limpiarlos, ya que pueden contener bacterias dañinas.
Sigue las pautas de reemplazo:
Existen diferentes tipos de lentes de contacto, como los diarios, quincenales o mensuales. Es importante seguir las pautas de reemplazo recomendadas por tu profesional de la salud visual y nunca exceder el tiempo de uso recomendado. Los lentes de contacto desechables diarios son una opción conveniente y más higiénica, ya que no requieren limpieza ni almacenamiento.
Evita el uso prolongado:
Aunque los lentes de contacto modernos son cómodos, no se recomienda usarlos durante períodos de tiempo prolongados, como dormir o nadar. El uso excesivo puede provocar sequedad ocular, irritación y aumentar el riesgo de infecciones. Sigue las indicaciones de tu profesional de la salud visual sobre el tiempo máximo de uso diario.
Protege tus ojos del agua:
Evita nadar o sumergirte en aguas que puedan contener bacterias, como piscinas, jacuzzis, lagos o el mar, mientras usas tus lentes de contacto. El agua puede contaminar tus lentes y aumentar el riesgo de infecciones oculares graves.
Mantén tus estuches limpios:
Los estuches para lentes de contacto pueden acumular bacterias con el uso frecuente. Asegúrate de limpiar y enjuagar tu estuche de lentes regularmente con solución desinfectante y déjalo secar al aire. Reemplaza el estuche cada tres meses o según las recomendaciones del fabricante.
No compartas tus lentes de contacto:
Los lentes de contacto son dispositivos médicos personalizados y no deben ser compartidos con otras personas. Compartir lentes aumenta el riesgo de infecciones oculares y transmisión de bacterias o virus.