Los edificios universitarios en Kharkiv, Ucrania, fueron dañados por un ataque con misiles rusos a principios de este mes. Crédito: Viacheslav Mavrychev/Suspilne Ucrania/JSC «UA:PBC»/Global Images Ucrania/Getty
Un año después de la guerra de Rusia con Ucrania, sus efectos en las colaboraciones de investigación global pueden estar comenzando a aparecer en la literatura científica.
Naturaleza analizó patrones de coautoría en documentos en la base de datos Scopus. Los resultados sugieren que, en 2022, una mayor proporción de artículos colaborativos internacionales de Rusia tenían coautores de China e India, mientras que la proporción coescrita con autores estadounidenses o alemanes disminuyó. Mientras tanto, Ucrania ha reducido drásticamente sus lazos académicos con Rusia y parece haber aumentado las conexiones de investigación con Polonia.
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Los datos disponibles hasta ahora solo pueden sugerir posibles cambios, que se harán más evidentes a finales de este año. Muchos de los artículos publicados en 2022 se enviaron a revistas mucho antes de que las instituciones occidentales detuvieran las asociaciones científicas con Rusia en respuesta a la invasión a gran escala, que comenzó el 24 de febrero. Y las bases de datos de artículos científicos continuarán llenando sus colecciones de 2022 durante uno o dos meses más debido a los retrasos en la indexación de rutina, por lo que la cantidad bruta de artículos seguirá aumentando. (Es poco probable que las proporciones relativas de coautoría varíen en esta etapa).
cambios de coautoría
El año pasado, poco más de una cuarta parte de los artículos y artículos de revisión de Rusia, según consta en Scopus, fueron coautores internacionales, una proporción similar a la del año anterior. China está ahora cerca de superar a Estados Unidos y Alemania para convertirse en el principal socio de investigación de Rusia, e India ha ascendido en la clasificación al séptimo lugar (ver ‘Los principales socios de Rusia’). Entre los 25 principales contribuyentes de Rusia, los únicos otros países que han aumentado su participación en coautorías internacionales en 2022 son Kazajstán e Irán.
Fuente: Naturaleza Análisis de datos Scopus.
Kieron Flanagan, investigador de políticas científicas de la Universidad de Manchester en el Reino Unido, advierte que las coautorías son un sustituto imperfecto de los patrones reales de colaboración en la investigación y que es demasiado pronto para sacar conclusiones de los datos disponibles. Pero dice que parece que Rusia ha visto una disminución relativa a largo plazo en las colaboraciones de investigación con los países occidentales, y esa tendencia puede haberse acelerado en 2022.
China está aumentando su participación en la coautoría científica con la mayoría de los países excepto Estados Unidos, por lo que su creciente influencia en Rusia puede no ser particularmente inusual, dice Caroline Wagner, becaria de ciencia y política de la Universidad Estatal de Ohio en Columbus. “El conflicto entre Rusia y Ucrania no parece haber interrumpido la cooperación entre Rusia y China”, dice.
Mientras tanto, en Ucrania, la proporción de artículos con coautores rusos se redujo drásticamente en 2022, y Polonia es claramente el principal socio de investigación del país (ver ‘Principales socios de Ucrania’). Alrededor del 38% de los artículos de Ucrania en 2022 fueron coautores internacionales, una proporción ligeramente mayor que en años anteriores.
Fuente: Naturaleza Análisis de datos Scopus.
Naturaleza encontró patrones similares en un análisis paralelo de artículos científicos en una base de datos académica diferente, Dimensiones (que difiere de Scopus en su elección de revistas para indexar). Pero, según los datos de Dimensiones, la colaboración de Ucrania con Polonia no ha aumentado: se ha mantenido en el mismo nivel desde 2021.
Cortar lazos de búsqueda
Muchas organizaciones de investigación interrumpieron sus actividades de colaboración con Rusia poco después de la invasión de Ucrania. Algunos patrocinadores, incluidos los de Polonia y Alemania, desaconsejan enfáticamente a los investigadores que sigan siendo coautores de artículos con científicos rusos. La Fundación Alemana de Investigación (DFG), la principal agencia de financiación del país, dijo que esto no se aplicaba al trabajo que se completó o envió a las revistas antes de la redada, y un portavoz de la DFG agregó que la agencia no está siguiendo sus recomendaciones ni introduciendo castigos para los investigadores. que van en su contra.
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La comunidad de investigación también ha discutido boicots individuales del trabajo ruso, incluso en revistas. Las revistas internacionales generalmente no prohibían la consideración de trabajos de autoría rusa, y algunos investigadores y revistas advirtieron contra el aislamiento indiscriminado de los científicos rusos. Pero al menos un título, Elsevier’s Revista de ciencia molecular, dijo que ya no considerará manuscritos de científicos de instituciones rusas. Su redactor jefe, Rui Fausto, químico de la Universidad de Coimbra, en Portugal, dice que la política se mantiene, aunque NaturalezaEl análisis de encontró al menos nueve artículos publicados en la revista que tenían autores rusos y fueron enviados después del estallido de la guerra. (Fausto dice que está investigando).
El gobierno ucraniano ha desalentado enérgicamente la colaboración con investigadores rusos y la publicación en revistas rusas, dice Michael Rose, quien estudia economía de la ciencia y la innovación en el Instituto Max Planck para la Innovación y la Competencia en Munich, Alemania.
La guerra se produjo en un período general en el que las naciones se volvieron más conscientes de los aspectos geopolíticos competitivos de la colaboración en investigación, agrega Flanagan, y los países ampliaron los controles de exportación e introdujeron restricciones a la colaboración en el extranjero en ciertas actividades consideradas sensibles para la seguridad nacional.
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