Dentro de poco, 3 toneladas de basura espacial impactarán contra la Luna, cuyo golpe creará un cráter de unos 10 y 20 metros de diámetro aproximadamente y levantará el polvo lunar, que podrá desplazarse cientos de kilómetros por la árida superficie de nuestro satélite natural.
Nadie se hace responsable
Los analistas sostienen que los restos de basura de lo que parece un cohete espacial chocarán con el lado oculto de nuestro satélite a unos 9,300 kilómetros por hora y no estará al alcance de la vista de los telescopios. Esto significa que podrá pasar mucho tiempo antes de que puedan confirmarse el impacto con imágenes satelitales.
El rastreador de asteroides Bill Gray identificó el rumbo de colisión a comienzos de este año y en un principio se culpó a SpaceX de Elon Musk de ser el responsable del misterioso objeto. Se pensaba que era la fase superior de un cohete Falcon lanzado en 2015 de un observatorio climático de la NASA.
China niega ser responsable de la basura espacial
Poco tiempo después, el señalado investigador corrigió sus cálculos e identificó a la chatarra espacial con rumbo hacia nuestro satélite, con la tercera fase de un cohete chino que envió una cápsula de muestra a la Luna y que regresó posteriormente en 2014.
A este respecto, las autoridades del país asiático niegan que se trate de restos de su cohete pues afirman que el regresó a la atmósfera terrestre y ardió. Nuestro satélite natural tiene poca o ninguna atmósfera, por lo que está indefensa ante la lluvia constante de asteroides y meteoros y consecuentemente la basura espacial.
Es probable que no se puedan capturar imágenes en vivo de esta colisión puesto que no hay telescopios cerca del lugar estimado de impacto. Aunque China tiene una sonda lunar en el lado oculto de nuestro satélite, está demasiado lejos, mientras que la sonda orbital de reconocimiento lunar de la NASA también se encuentra fuera de alcance. También es poco probable que la sonda orbital India pase justo por la zona en ese momento.
Jonathan McDowell del centro de astrofísica de Harvard y el Smithsonian explica que seguir los restos de misiones espaciales es un tema difícil, ya que además la gravedad de la luna puede alterar el rumbo de dichos objetos. A esto se suma que no se tiene una base de datos de fácil acceso. En esta era donde cada vez más países se suman a la carrera por conquistar la luna, es momento de crear conciencia sobre la basura espacial, afirmó McDowell.
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