Por primera vez una persona con la enfermedad de Charcot capaz de paralizarla completamente ha logrado pronunciar algunas frases con la ayuda de un equipo implantado a su cuerpo. Este es capaz de leer señales de su cerebro y poder reaccionar a una especie de teclado. Un nuevo estudio del caso demuestra que la comunicación voluntaria basada en el cerebro sí es posible, incluso en un estado de completo confinamiento.
¿Qué es la enfermedad de Charcot?
Conocida mayormente como esclerosis lateral amiotrófica, es caracterizada por una parálisis muscular progresiva hasta que con el tiempo quienes lo padecen pueden quedarse sin medios de comunicación. A medida que va avanzando la degeneración de la neurona motora, el aislamiento puede llegar a ser extremo llegando incluso a la muerte en un lapso de cinco años luego de ser diagnosticados.
Mayormente las personas con la enfermedad de charcot a fin de poder comunicarse usan una cámara ocular que les permite seleccionar letras en una pantalla. También les es posible responder preguntas moviendo los ojos ya sea para dar un sí o un no. Y a medida que la enfermedad sigue avanzando es posible que puedan perder este uso y pasar a la etapa de solo escuchar, pero sin comunicarse.
Es una enfermedad un tanto rara que condena a cuatro personas de cada 100,000 aproximadamente y el número de pacientes jóvenes afectados va en aumento. Por lo que surgen muchas investigaciones a fin de poder seguir respondiendo algunas preguntas pendientes.
En Francia existe un medicamento llamado Riluzol que ayuda a aliviar y a retrasar la progresión y los síntomas de la enfermedad, además de recomendar sesiones de logopedia para el habla y fisioterapia. Aunque hasta los momentos ningún tratamiento ha demostrado ser realmente eficaz para detener radicalmente la evolución de Charcot.
La ciencia en busca de ayuda
El estudio contó con la participación de un hombre con esclerosis lateral amiotrófica (Charcot) de 36 años. En el que los investigadores insertaron dos conjuntos de 64 microelectrodos en la parte del cerebro que controla el movimiento. La meta era generar actividad cerebral al probar diferentes movimientos, aunque hasta este momento con los movimientos de manos, pies y ojos no se obtuvieron resultados coherentes.
Así que el equipo probó una técnica en la que la actividad neuronal se mide y se presenta al paciente en tiempo real llamada neuro retroalimentación. Cuanto más se aceleraba la descarga eléctrica de las neuronas cercanas al implante se llevaba un tono audible. Así que los investigadores le pidieron al participante que tratara de cambiar ese tono usando cualquier estrategia hasta que días después lograron coincidir con un tono objetivo.
A través del Neuro feedback auditivo el hombre pudo aceptar o rechazar una letra o grupo de letras dependiendo de lo que quería transmitir, y al cabo de tres semanas de usar el sistema comenzó a producir oraciones.
Lamentablemente al pasar el tiempo las respuestas del paciente se volvieron lentas y difíciles de discernir por lo que aún queda mucha investigación por realizar a fin de dar una mejor calidad de vida a quienes padecen la enfermedad de Charcot.
Añadir comentario